julio 12, 2007

Inocente!!! (Borrador No Publicado)

Inocente!!!(???)
Mmm... o, haciendo uso de la nomenclatura judicial estadounidense, "No Culpable". Tal cual! Aquel fue el veredicto emanado por el Jurado luego de horas de juicio al cual fue sometida la Didáctica Tradicional. Nuestra labor en aquella instancia de evaluación en Didáctica fue desarrollar la Defensa. De manera sucinta nuestra postura se erigió luego de realizar el análisis de fortalezas y debilidades (FODA) de los 19 ítems presentes en el Acta de Acusación. Una vez identificados tales elementos procedimos a rescatar aspectos claves sobre los cuales se propusieron una serie de "personajes" históricos considerados íconos de tales postulados. Fue así como nacieron "el" Cura Jesuita, "la" Gabriela Mistral, y "el" Descartes, personajes que cimentaron la inclinación de la ciega balanza de la justicia hacia la Defensa. Bueno, el resto es historia conocida por todos.

A partir de lo anterior, sería errado deducir que cada uno de nosotros defiende férreamente la instauración de la Didáctica Tradicional como forma de encausar el aprendizaje de los alumnos y que descartamos toda innovación didáctica en el aula. No obstante, desde mi perspectiva mantengo y defiendo un par de puntos expuestos por la Defensa en aquella oportunidad: la importancia del conocimiento y la disciplina como conducta. A continuación abordaré la primera de éstas.


Desde una perspectiva histórica es posible plantear que la Didáctica Tradicional tiene sus orígenes en el Racionalismo. Epistemológicamente, el Racionalismo es aquella visión que apela a la razón como fuente de conocimiento, es un método o teoría en el cual el criterio para conocer la verdad no es sensitivo sino intelectual y deductivo. Este razonamiento deductivo se fundamenta en la lógica la cual le da validez formal a la inferencia, instrumento que permite derivar una conclusión a partir de premisas. El paradigma racional es el soporte de la ciencia normal, es sólo a partir de éste que es posible lograr los medios adecuados para resolver problemas. El racionalismo se vale del método deductivo para conocer la verdad, el cual es una forma de razonamiento cuya conclusión es alcanzada necesariamente a partir de hechos conocidos previamente (premisas), si las premisas son ciertas entonces la conclusión también lo es (ver Azócar, 2006).

Los orígenes de esta corriente filosófica se remontan a la Antigua Grecia, cuyos pioneros fueron Pitágoras, quien afirmó que el universo estaba regido por la armonía matemática; Sócrates, quien planteaba que antes de comprender el mundo primero el hombre debía comprenderse a sí mismo y la única manera de lograrlo era mediante el pensamiento racional; y Platón quien aseguraba que el fundamento de la realidad estaba en las ideas donde lo físico es una copia imperfecta de éstas (ver Erekson, 1992).

En el siglo XVII arribamos al Racionalismo Clásico mediante la confianza en el pensamiento matemático y la necesidad de darle al conocimiento racional una fundamentación más allá de lo físico o experimental, esto se traduce en la adopción del paradigma matemático de la geometría y el paradigma experimental de la física. Entre los exponentes de esta corriente filosófica europea encontramos a René Descartes (1596 – 1650) quien planteaba que el conocimiento de la verdad podía ser logrado únicamente a través de la razón. Desacredita la experiencia al afirmar que la experiencia sensorial consciente puede ser fuente de ilusiones por lo que ésta en su esencia es refutable. Descartes establece la duda como exigencia metodológica, no se debe aceptar ningún conocimiento sin estar plenamente seguro de que éste es cierto. La duda es el procedimiento básico para llegar a la verdad, se debe dudar hasta el máximo posible hasta conocer una certeza indudable, de la duda metódica se llega a la primera certeza, cogito ergo sum (pienso, por lo tanto existo), a partir de la cual es factible construir todo un sistema de pensamiento racional. Además, establece un dualismo metafísico distinguiendo las sustancias del cuerpo humano (res extensa) y la mente o alma (res cogitans).

Complementariamente, Baruch Espinoza (1632 – 1677), precursor clave de la Era de la Iluminación, determinó racionalmente la relación entre Dios, como una sustancia infinita, y la sustancia finita que compone el mundo. Para él Dios es el único ser que existe por lo que el mundo empírico se compone de modificaciones a los atributos infinitos de Dios.

Por otra parte, Gottfried Leibniz (1646 – 1716), quien contribuyó al desarrollo de las matemáticas, rechazó el dualismo cartesiano negando la existencia del mundo material. En su visión existe una infinidad de sustancias simples, las que llamó “monads” (único, unidad), las cuales representan la unidad fundamental de la realidad ya que constituyen elementos tanto animados como inanimados. Para Leibniz en el universo no existen leyes de causalidad, por lo que introduce el principio de la armonía preestablecida con el objeto de explicar esta aparente causalidad.

Finalmente, Immanuel Kant (1724 – 1804) sintetiza la visión racionalista tradicional con la tradición empiricista transformándose en un puente entre las dos visiones. Su máxima era “atrévete a conocer” (sapere aude), la cual implica pensar de manera autónoma, libre de dictámenes de una autoridad externa. Kant plantea la teoría de la percepción, para él nuestra comprensión del mundo exterior tiene sus fundamentos no sólo en la experiencia sino que también en los conceptos a priori.

Operativamente, todo lo anterior se traduce en una concepción del currículum denominada Racionalismo Académico, cuya didáctica implícita constituye la base de la Didáctica "Tradicional" dado que en este enfoque el propósito principal es transmitir el conocimiento y la estética desde una generación a otra, lo cual es logrado a través de la educación la cual es organizada al interior de reconocidas disciplinas académicas (ver Acuña y Sanchez, 2007).

En resumen, cualquier neo-concepción de Didáctica que no reniegue de la importancia del conocimiento será bienvenida por mi... de ser así... "todo bien" con la Didáctica Moderna.


Referencias.

Acuña, A.; Sánchez, C. (2007). "Enfoque Curricular Académico Racionalista", Magíster en Pedagogía para la Educación Superior, Universidad del Bío-Bío, manuscrito.

Azócar, R. E. (2006). "Reflexiones Epistemológicas Corriente Racionalista-Deductiva", Episteme, nº 7, año 2, enero – marzo, Universidad del Valle de México.

Erekson, T. (1992). "Technology Education from the academia Rationalist Theorical Perspective", Journal of Technology Education, volume 3, nº 2, spring, pp. 6 – 14.

Wikimedia Foundation (2007). "Wikipedia – The Free Encyclopedia". Disponible en http://en.wikipedia.org


2 comentarios:

Profesora dijo...

Andrés:
Finalmente lo investigado y lo escrito sobre los Edublog se cumple a cabalidad contigo. Has fomentado el debate, sin duda tus comentarios servirán de documentación para otros, organizas bien el discurso, te comprometes con la audiencia y te preocupas de citar las fuentes de información.
Con respecto a la didáctica moderna, creo que se transformará en una necesidad dado el tipo de alumnos que estamos teniendo. ¿Cómo convocar a clases a los estudiantes de un curso que no atrasa? Incluso si atrasa un año su reprobación, no asisten a clases hasta el final, cuando ya ven que están reprobando. En este problema intervienen muchos factores. Uno de ellos es que el profesor no convoca a los estudiantes con sus clases expositivas. Entonces, primero con la didáctica moderna motivemos la búsqueda del conocimiento y luego la didáctica clásica hace su entrada magistral.
Muchos saludos y gracias por participar de este espacio de reflexión.

Anónimo dijo...

You are so good student as proferor !